Todo el año es temporada.
Por Leonardo Nalda.
Una de las pocas pescas de nuestro país que no está regida
por las temporadas, es la pesca de altura en el mar. Los grandes salmones,
meros y besugos nos acompañan durante todo el año y gran cantidad de pescadores
disfruta de esta modalidad los doce meses del año. Aquí va una breve reseña
para quienes no la conocen o no se animaron todavía a experimentar una modalidad
llena de adrenalina y sorpresas.
Introducción.
Debo reconocer que durante mucho tiempo tuve una apreciación
errónea y distorsionada de la pesca en el mar practicado desde una embarcación.
Muchos pescadores desprecian esta pesca por tildarla de monótona y hasta de
demasiado sencilla. Pero la realidad es que tiene tantos matices y sutilezas
como cualquier otra modalidad.
La pesca
de altura en nuestro país es sinónimo de equipos pesados, nylon de grosores
sobre dimensionados, plomos de pesos considerables y por supuesto, grandes
peces. Durante mucho tiempo, me imagine capturando algunos de esos salmones de más
de veinte kgs. Que veía habitualmente en las revistas de pesca y luego de algún
tiempo de investigación, me decidí y afortunadamente logre hacer realidad mi
anhelo. Durante mis primeras experiencias en esta pesca, tome como base la
ciudad de Mar del Plata que, por la comodidad de la distancia y oferta de guías
profesionales para esta modalidad, me pareció la opción más lógica para ir
ganando experiencia.
Los equipos.
Muchos de los guías incluyen dentro del paquete de servicios
la provisión de los equipos de pesca que deben estar a la altura de la
exigencia a la que van a ser sometidos. Si bien en un principio, pueden
parecernos exagerados, al momento de tener que frenar un pez de más de veinte o
veinticinco kilos, seguramente vamos a agradecer esa potencia extra, sobre todo
si nos vemos obligados a “prepear” un salmón que trata de meterse en alguna
cueva con la intención de cortarnos el nylon rozándolo contra las rocas del
fondo.
Lo
normal es utilizar reeles rotativos tipo Penn 4/0 o similar, cañas de fibra de
vidrio de entre 50 y 80 libras y nylon 0,80 mm. Las líneas suelen estar
compuestas por madres de nylon de 1 mm a 1,5 mm , brazoladas de nylon o
fluorocarbon de entre 0,80 mm a 1 mm y anzuelos de excelente calidad y filo en
tamaños que van de 4/0 al 10/0 dependiendo de la especie que busquemos
capturar. El peso de las plomadas a utilizar generalmente está entre los 350grs
y los 600 grs, aunque en ocasiones me vi obligado a usar incluso más pesadas.
El equipo puede completarse con un buen par de guantes ya que casi todas las
especies que capturaremos tienen dientes o radios espinosos en las aletas, una
pinza larga de punta fina para ayudarnos a manipular las capturas y los
anzuelos y un tali de combate para pelear cómodamente con los peces más
grandes.
En la embarcación.
Una vez en la embarcación, lo primero a tener en cuenta es
que deberemos acatar todas las órdenes e indicaciones de la tripulación. Debemos
recordar que si bien nosotros nos estamos divirtiendo, la tripulación tiene
como objetivo primario velar por nuestra seguridad para asegurarnos que la
experiencia sea lo más placentera y segura posible.
Generalmente, antes de comenzar a
pescar, un integrante de la tripulación nos dará una breve charla técnica en la
que nos indicaran las órdenes que recibiremos durante la jornada de pesca. Como
la profundidad suele ser demasiada para anclar, el capitán nos ubicara sobre la
zona de pesca y compensara la acción del viento y la marea, con el motor de la
embarcación. Cuando estemos próximos a la zona de pesca el capitán dará la orden
de ¨preparados¨ ante la cual deberemos tener el pick up del reel abierto, el
pulgar de la mano derecha sobre el carretel para evitar la salida del nylon y
el plomo en la mano izquierda. Cuando el capitán este seguro de que estamos
sobre el lugar elegido, nos indicara a viva voz ¨Líneas al agua¨ ante lo cual
soltaremos el plomo y la línea comenzara su viaje hacia las profundidades.
Por tratarse de una pesca que se realiza en grupo, dos
elementos cobran vital importancia al momento de la acción, el nylon del reel y
la plomada. Como la línea debe caer de manera vertical y todas las líneas deben
caer al mismo tiempo para evitar enredos, lo ideal es que todos los pescadores
utilicen el mismo diámetro de nylon y el mismo peso de plomo, para que la
corriente mueva todas las líneas de manera uniforme.
Generalmente, las respuestas son inmediatas y al momento de que el plomo
toca el fondo, ya sentiremos los primeros piques.
Las técnicas.
Al momento de que el plomo toca el fondo, debemos cerrar el
pick up del reel, recoger el nylon suelto hasta sentir el peso del plomo y
esperar el pique. Con solo estas básicas acciones, ya tenemos casi asegurada la
pesca y con un poco de suerte, en gran pez tomara nuestra carnada, pero mi
experiencia personal, me enseño que en la pesca la suerte influye mucho menos
de lo que pensamos. Después de algunas salidas, note que los que lograban las
mejores capturas, eran siempre los mismos pescadores por lo cual imagine que
ellos deberían hacer algo distinto a lo que yo hacía hasta el momento y decidí
investigar un poco.
Como muchas otras veces, enfoque mi investigación en los que
considero que son los maestros de la pesca en el mar…..los Japoneses….Si bien
las especies que pescan son bastante diferentes, el comportamiento de los peces
de roca, suele ser muy similar en todo el mundo y me sirvió de base para
desarrollar mi estrategia.
El video que más influyo en mi forma de pescar, mostraba un
enorme mero en una cueva y una gran cantidad de pequeños peces nadando sobre la
roca. Al momento de que el plomo tocaba la roca, los pequeños peces salían disparados
hacia la carnada a gran velocidad y tomaban los anzuelos antes que el mero que,
por su tamaño, era bastante más lento. Luego de un par de capturas de pequeños
peces, el pescador al momento de que el plomo toco el fondo, comenzó a levantar
suavemente la línea y alejarla de la roca. Los pequeños peces siguieron las
carnadas poco más de un metro , pero pasada esa distancia se refugiaron
nuevamente en su guarida y el único pez que siguió la carnada más de dos metros
fue el enorme mero que tomo el engaño y fue capturado. En ese instante, todo
cobro sentido, los peces dominantes no temen alejarse de su refugio, porque
después de cierto tamaño casi no tienen predadores, los peces pequeños solo se
alejan hasta cierta distancia de las rocas, ya que se vuelven muy vulnerables y
temen convertirse en alimento de otros peces.
En mis
salidas siguientes, probé despegar el plomo del fondo a distintas velocidades y
distintas distancias, hasta dar con la combinación que comenzó a darme mejores
capturas. En cuanto la línea toca el fondo, hago revotar el plomo contra las
piedras tres o cuatro veces e inmediatamente doy cuatro o cinco vueltas de
manija a muy baja velocidad, mantengo la línea separada de las rocas unos 15
segundos y si no tengo respuestas vuelvo a bajar el plomo y repetir la técnica.
Con estas simples acciones, logre aumentar el tamaño de las capturas
considerablemente y son la base de experimentación para nuevas técnicas que
estoy probando.
Un par de sutilezas
De los amantes de la modalidad Deep Jigging, tome un par de
conceptos que me ayudaron a comprender un poco más sobre esta modalidad. Con
respecto a la discusión sobre los colores a utilizar, está determinado que pasados
los veinte metros de profundidad, la luz solar ya no llega y todo está a
oscuras. Una muestra de ello, lo dan los pescadores japoneses que practican el
deep jigging tanto de día como de noche y prácticamente con los mismos
resultados. En ese sentido a ellos poco les importa el color del jig y si le
prestan mucha atención a las vibraciones que producen y a pintarlos con algún
tipo de pintura foto luminiscente, del tipo que se carga al estar expuesta unos
segundos a una fuente de luz intensa. Tomando este concepto como base, comencé
a pintar la parte superior de mis anzuelos con ese mismo tipo de pintura(foto
003) y los resultados realmente me sorprendieron. Pescando besugos con una
línea de tres anzuelos, el único que estaba pintado con pintura foto
luminiscente tenia el doble de capturas que el resto, a pesar de cambiarlo de
lugar varias veces a lo largo de la jornada de pesca.
Otro pequeño
truco que aprendí, consiste en colocar en la brazolada casi pegadas al anzuelo,
una serie de perlas (unas diez en total) claras y oscuras alternadas. El truco
lo copie de un gran pescador y guía de pesca irlandés que sostiene que los
peces confunden estas perlitas con pequeñas concentraciones de mejillones y se
acercan por curiosidad. (foto 012)
Estos son solo dos ejemplos
de técnicas o trucos que emplean pescadores de otras latitudes y que su
descubrimiento seguramente les llevo mucho tiempo de estudio e investigación.
Conclusión.
Si bien en la época veraniega varias especies se suman al
abanico de posibles capturas, las especies que permanecen todo el año en
nuestras aguas alcanzan para asegurarnos diversión y emociones fuertes durante
todo el año. Incluso en los meses más fríos, es posible hacer pescas memorables
con cantidad y tamaño como para satisfacer hasta al más exigente de los
pescadores. Mucha suerte y buena pesca!!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario