domingo, 24 de mayo de 2015

Pesca de Altura En Mar del Plata Argentina

Todo el año es temporada.

Por Leonardo Nalda.




Una de las pocas pescas de nuestro país que no está regida por las temporadas, es la pesca de altura en el mar. Los grandes salmones, meros y besugos nos acompañan durante todo el año y gran cantidad de pescadores disfruta de esta modalidad los doce meses del año. Aquí va una breve reseña para quienes no la conocen o no se animaron todavía a experimentar una modalidad llena de adrenalina y sorpresas.



Introducción.
Debo reconocer que durante mucho tiempo tuve una apreciación errónea y distorsionada de la pesca en el mar practicado desde una embarcación. Muchos pescadores desprecian esta pesca por tildarla de monótona y hasta de demasiado sencilla. Pero la realidad es que tiene tantos matices y sutilezas como cualquier otra modalidad.
             La pesca de altura en nuestro país es sinónimo de equipos pesados, nylon de grosores sobre dimensionados, plomos de pesos considerables y por supuesto, grandes peces. Durante mucho tiempo, me imagine capturando algunos de esos salmones de más de veinte kgs. Que veía habitualmente en las revistas de pesca y luego de algún tiempo de investigación, me decidí y afortunadamente logre hacer realidad mi anhelo. Durante mis primeras experiencias en esta pesca, tome como base la ciudad de Mar del Plata que, por la comodidad de la distancia y oferta de guías profesionales para esta modalidad, me pareció la opción más lógica para ir ganando experiencia.
Los equipos.
Muchos de los guías incluyen dentro del paquete de servicios la provisión de los equipos de pesca que deben estar a la altura de la exigencia a la que van a ser sometidos. Si bien en un principio, pueden parecernos exagerados, al momento de tener que frenar un pez de más de veinte o veinticinco kilos, seguramente vamos a agradecer esa potencia extra, sobre todo si nos vemos obligados a “prepear” un salmón que trata de meterse en alguna cueva con la intención de cortarnos el nylon rozándolo contra las rocas del fondo.
                  Lo normal es utilizar reeles rotativos tipo Penn 4/0 o similar, cañas de fibra de vidrio de entre 50 y 80 libras y nylon 0,80 mm. Las líneas suelen estar compuestas por madres de nylon de 1 mm a 1,5 mm , brazoladas de nylon o fluorocarbon de entre 0,80 mm a 1 mm y anzuelos de excelente calidad y filo en tamaños que van de 4/0 al 10/0 dependiendo de la especie que busquemos capturar. El peso de las plomadas a utilizar generalmente está entre los 350grs y los 600 grs, aunque en ocasiones me vi obligado a usar incluso más pesadas. El equipo puede completarse con un buen par de guantes ya que casi todas las especies que capturaremos tienen dientes o radios espinosos en las aletas, una pinza larga de punta fina para ayudarnos a manipular las capturas y los anzuelos y un tali de combate para pelear cómodamente con los peces más grandes.




En la embarcación.
Una vez en la embarcación, lo primero a tener en cuenta es que deberemos acatar todas las órdenes e indicaciones de la tripulación. Debemos recordar que si bien nosotros nos estamos divirtiendo, la tripulación tiene como objetivo primario velar por nuestra seguridad para asegurarnos que la experiencia sea lo más placentera y segura posible.
               Generalmente, antes de comenzar a pescar, un integrante de la tripulación nos dará una breve charla técnica en la que nos indicaran las órdenes que recibiremos durante la jornada de pesca. Como la profundidad suele ser demasiada para anclar, el capitán nos ubicara sobre la zona de pesca y compensara la acción del viento y la marea, con el motor de la embarcación. Cuando estemos próximos a la zona de pesca el capitán dará la orden de ¨preparados¨ ante la cual deberemos tener el pick up del reel abierto, el pulgar de la mano derecha sobre el carretel para evitar la salida del nylon y el plomo en la mano izquierda. Cuando el capitán este seguro de que estamos sobre el lugar elegido, nos indicara a viva voz ¨Líneas al agua¨ ante lo cual soltaremos el plomo y la línea comenzara su viaje hacia las profundidades.
Por tratarse de una pesca que se realiza en grupo, dos elementos cobran vital importancia al momento de la acción, el nylon del reel y la plomada. Como la línea debe caer de manera vertical y todas las líneas deben caer al mismo tiempo para evitar enredos, lo ideal es que todos los pescadores utilicen el mismo diámetro de nylon y el mismo peso de plomo, para que la corriente mueva todas las líneas de manera uniforme.
               Generalmente, las respuestas son inmediatas y al momento de que el plomo toca el fondo, ya sentiremos los primeros piques.




Las técnicas.
Al momento de que el plomo toca el fondo, debemos cerrar el pick up del reel, recoger el nylon suelto hasta sentir el peso del plomo y esperar el pique. Con solo estas básicas acciones, ya tenemos casi asegurada la pesca y con un poco de suerte, en gran pez tomara nuestra carnada, pero mi experiencia personal, me enseño que en la pesca la suerte influye mucho menos de lo que pensamos. Después de algunas salidas, note que los que lograban las mejores capturas, eran siempre los mismos pescadores por lo cual imagine que ellos deberían hacer algo distinto a lo que yo hacía hasta el momento y decidí investigar un poco.
Como muchas otras veces, enfoque mi investigación en los que considero que son los maestros de la pesca en el mar…..los Japoneses….Si bien las especies que pescan son bastante diferentes, el comportamiento de los peces de roca, suele ser muy similar en todo el mundo y me sirvió de base para desarrollar mi estrategia.
El video que más influyo en mi forma de pescar, mostraba un enorme mero en una cueva y una gran cantidad de pequeños peces nadando sobre la roca. Al momento de que el plomo tocaba la roca, los pequeños peces salían disparados hacia la carnada a gran velocidad y tomaban los anzuelos antes que el mero que, por su tamaño, era bastante más lento. Luego de un par de capturas de pequeños peces, el pescador al momento de que el plomo toco el fondo, comenzó a levantar suavemente la línea y alejarla de la roca. Los pequeños peces siguieron las carnadas poco más de un metro , pero pasada esa distancia se refugiaron nuevamente en su guarida y el único pez que siguió la carnada más de dos metros fue el enorme mero que tomo el engaño y fue capturado. En ese instante, todo cobro sentido, los peces dominantes no temen alejarse de su refugio, porque después de cierto tamaño casi no tienen predadores, los peces pequeños solo se alejan hasta cierta distancia de las rocas, ya que se vuelven muy vulnerables y temen convertirse en alimento de otros peces.
              En mis salidas siguientes, probé despegar el plomo del fondo a distintas velocidades y distintas distancias, hasta dar con la combinación que comenzó a darme mejores capturas. En cuanto la línea toca el fondo, hago revotar el plomo contra las piedras tres o cuatro veces e inmediatamente doy cuatro o cinco vueltas de manija a muy baja velocidad, mantengo la línea separada de las rocas unos 15 segundos y si no tengo respuestas vuelvo a bajar el plomo y repetir la técnica. Con estas simples acciones, logre aumentar el tamaño de las capturas considerablemente y son la base de experimentación para nuevas técnicas que estoy probando.
Un par de sutilezas
De los amantes de la modalidad Deep Jigging, tome un par de conceptos que me ayudaron a comprender un poco más sobre esta modalidad. Con respecto a la discusión sobre los colores a utilizar, está determinado que pasados los veinte metros de profundidad, la luz solar ya no llega y todo está a oscuras. Una muestra de ello, lo dan los pescadores japoneses que practican el deep jigging tanto de día como de noche y prácticamente con los mismos resultados. En ese sentido a ellos poco les importa el color del jig y si le prestan mucha atención a las vibraciones que producen y a pintarlos con algún tipo de pintura foto luminiscente, del tipo que se carga al estar expuesta unos segundos a una fuente de luz intensa. Tomando este concepto como base, comencé a pintar la parte superior de mis anzuelos con ese mismo tipo de pintura(foto 003) y los resultados realmente me sorprendieron. Pescando besugos con una línea de tres anzuelos, el único que estaba pintado con pintura foto luminiscente tenia el doble de capturas que el resto, a pesar de cambiarlo de lugar varias veces a lo largo de la jornada de pesca.
          Otro pequeño truco que aprendí, consiste en colocar en la brazolada casi pegadas al anzuelo, una serie de perlas (unas diez en total) claras y oscuras alternadas. El truco lo copie de un gran pescador y guía de pesca irlandés que sostiene que los peces confunden estas perlitas con pequeñas concentraciones de mejillones y se acercan por curiosidad. (foto 012)
  Estos son solo dos ejemplos de técnicas o trucos que emplean pescadores de otras latitudes y que su descubrimiento seguramente les llevo mucho tiempo de estudio e investigación.



Conclusión.

Si bien en la época veraniega varias especies se suman al abanico de posibles capturas, las especies que permanecen todo el año en nuestras aguas alcanzan para asegurarnos diversión y emociones fuertes durante todo el año. Incluso en los meses más fríos, es posible hacer pescas memorables con cantidad y tamaño como para satisfacer hasta al más exigente de los pescadores. Mucha suerte y buena pesca!!!



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